Luxx,editorialista en ciernes
Esta es una entrega más de mi ardua labor haciendo el trabajo de chocho, tras el fracaso de la edición 411, en la que chocho rechazó mi creatividad y desechó mi editorial, renazco para la 413 con el tema de la crisis alimenticia...debe ser que el tiene sus propias crisis y no puede escribir sobre esta...a saber.
Ed. 413
El futuro nos ha alcanzado en forma de hambruna. El feroz encarecimiento y escasez de alimentos golpean a la economía mundial y 22 países han sufrido levantamientos provocados por la falta de alimentos. En Haití rodaron cabezas por la falta de alimentos. Muchos otros son una bomba de tiempo que no tardará en estallar.
Esta es la peor situación alimentaria desde los tiempos de la revolución industrial. Los países productores no tardarán en caer en la especulación y el encarecimiento –más allá del actual- que dejará sin posibilidades de abasto a los países pobres y a aquellos que sufran las consecuencias de la recesión económica que Estados Unidos está haciendo sentir a escala mundial.
México no es ajeno a esta crisis, ha tenido que apelar a sus reservas y a los subsidios para atenuar momentáneamente esta crisis alimentaria que está haciendo crecer exponencialmente la inflación. Pronto la inflación, la carestía y escasez de alimentos serán uno más de los problemas nacionales, aunados a la baja en la producción petrolera, las compras de gasolina al extranjero y los subsidios energéticos se disparan. México está lejano de las épocas del campo autosuficiente y de la importación moderada.
Los más humildes de la sociedad mexicana están siendo apabullados por una ola de precios altos que dejan en ridículo al exiguo salario mínimo aprobado a nivel nacional. Es probable que sectores que antes vivían con decoro, empiecen a caer en esquemas de pobreza y de extrema pobreza por los precios de los productos más necesarios en el hogar.
La respuesta del ejecutivo nacional a esta carestía y especulación, es ni más ni menos que la importación de granos libres de aranceles dentro del Programa de Acciones en Apoyo a la Economía Familiar, esperemos que estos esquemas de importación no dejen a la larga un exceso de productos de mala calidad circulando en el mercado mexicano, el cual, quiérase o no, tendrá que ser consumido en algún momento.
Pero mientras nuestro Presidente anuncia sus medidas emergentes, el campo mexicano sigue siendo una esperanza lejana para superar esta crisis, mientras esta penosa situación ha movido las fibras benevolentes de la federación –ya que se han entregado cifras “históricas” en apoyos al campo- nos queda la duda entrañable, querido lector ¿quién ha de trabajar el campo?. Nuestros campesinos se fueron hace años, hoy, mientras lee estas líneas, cientos de mexicanos han dejado su terruño y se enrolan en la penuria del sueño americano. Nuestros campesinos están sirviendo mesas en ciudades de Norteamérica, lavando platos, cuidando jardines y dios sabe que más.
Ojalá este programa emergente cumpla su objetivo, facilitando el abasto y el acceso de alimentos a los consumidores mexicanos a precios competitivos y que además impulse la producción de alimentos.
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